descubrimiento de el litio

El litio fue descubierto en 1817 por Johan Arfredson que la individualizo con el nombre de Lithos, que es una palabra griega que significa piedra, esto para indicar que dicho elemento proviene de un mineral. Arfredson encontró el nuevo elemento en la espodumena y lepodilita de una mina de petolita en la isla de Utö (suecia) y que estaba analizando. La abstención del litio metálico por electrolisis del LiCl fue realizada con éxito por primera vez, por Bunsen y Matthiesen en un pequeño crisol de porcelana, usando un pequeño hilo de fierro como catado y una varilla de carbón como ánodo. Ambos intentaron, sin lograrlo aislar el elemento de sus sales lo que químicamente consiguieron W.T. Bronde y Sir Humprey Davy mediante electrolisis del oxido de litio. En 1818 C.G. Gmelin fue el primero en observar que las sales de litio tornan la llama de un color rojo brillante. En 1840 ya se utilizaba uno de sus componentes, el urato de litio, para el padecimiento de la gota. En 1949 un psiquiatra australiano, Jhon F. Cade, descubrió el efecto de las sales de litio en casos de depresiones bipolares. En 1965 aparecieron los trabajos de M. Schou determinando la manera correcta de emplear las sales de litio, así como las cantidades de litio que eran necesaria y la manera de controlarla en cada caso concreto.